Una chica del campo llegó a Tokio para pasar una noche de fiesta. Todo era nuevo para ella. Era un ángel tímido e inocente, menuda, con un pecho enorme. ¡Su orgasmo fue tan intenso que casi lloró! Suplicó con voz temblorosa, pero los pistones no paraban. Arqueó la espalda, convulsionó y le temblaron las piernas, pero era adicta al sexo...
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