Una amiga que conozco desde hace mucho tiempo y con la que es fácil hablar se quejó de que su jefe y sus subordinados la consideran una mujer capaz en el trabajo y a veces incluso intentan impresionarla. Estaba tan emocionada por mi cita con el pívot de bateo que perdí el último tren. Mañana por la mañana me hospedo en un hotel del amor... en la Ciudad Cinco Días de Mayo.
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