Aun capturada por el enemigo, esta detective rubia y solitaria seguía mirando desafiante. Había sido doblegada por un grueso pene negro y las violentas embestidas durante el interrogatorio; aunque su cuerpo no podía soportar la brutalidad del pene japonés, jamás cedería ante su voluntad. (Natsume Hibiki)
Publicar comentario