Cuando le das un afrodisíaco a una chica pequeña y de pechos resbaladizos que vive cerca, haciendo que sus pechos brillen sin protección bajo su camiseta sin sostén, ¡se vuelve increíblemente sensible! ¡La sensación de súper-pistón al tocar sus pezones la llena de éxtasis! ¡El efecto es tan asombroso que me dan calambres una y otra vez!
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